¿Qué entendemos entonces por “Educación a Distancia”?

 ¿Qué entendemos entonces por 

“Educación a Distancia”?



No es de sorprender que nos confundamos con facilidad puesto que al término de “Educación a Distancia” se asocian otros como abierta, flexible, virtual, en línea, híbrida, digital, móvil, basada en internet o en la web, sincrónica, asincrónica y un largo etcétera. Con la llegada de la pandemia, se ha complicado aún más puesto que algunas instituciones han querido dar un toque de originalidad a su propuesta educativa de contingencia (por cuestiones de marketing principalmente) y han surgido términos como los de presencialidad adaptada o enriquecida, sistema híbrido flexible o mixto autodirigido, aprendizaje líquido o hibridación en línea. Al verse enfrentadas a este “bosque semántico” (como lo llama García Aretio, 2020 b), algunas instituciones han adoptado definiciones muy generales, sin un sustento teórico que las avale, y que han dejado la puerta abierta para que cada docente las interprete según su propia experiencia.

Pongamos orden: “Educación a Distancia” es un término mundialmente aceptado en el año 1982 por el International Council for Distance Education. Lleva implícita la separación física entre docentes y estudiantes, por lo que, tanto la comunicación como la interacción entre ellos, están mediadas.  Es muy tentador en este punto decir que la mediación se lleva a cabo únicamente a través de las tecnologías digitales que conocemos hoy en día, caso en el que la llamaríamos “Educación a distancia digital” y sus modalidades “Educación a distancia en línea”, “Educación a distancia semi-presencial” o “educación a distancia híbrida”, de la que se hablará más adelante (García Aretio, 2020).

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Gráfico 1. Educación a Distancia. Elaboración propia: AMBV

Sin embargo, la Educación a distancia tradicional sigue vigente. La Sociedad vivió sin tecnologías digitales durante muchos años y la Educación a distancia se llevaba a cabo sin ellas: en países como el nuestro, en el que el acceso a la red de internet se dificulta principalmente en zonas rurales, podemos seguir hablando de Educación a Distancia “tradicional” ya que la mediación sigue (y debe) seguir siendo a través de otros medios (analógicos principalmente) como, por ejemplo, el correo postal o servicios de envío, el teléfono fijo, el fax, y con recursos impresos (libros y guías de estudio) o audiovisuales como los videos en formatos VHS -reproducción analógica de audio y video-, los discos compactos (CDROM), la televisión (cuya penetración en los hogares mexicanos es del 92.5%) y la radio.

 

Muchos de estos medios que se mencionan para una modalidad a distancia tradicional aseguran la comunicación entre docentes y estudiantes, pero y, ¿la interacción? En estos casos, la interacción de la que hablamos es aquella que se lleva a cabo principalmente entre el estudiante y “los contenidos” de una materia, que no son otros que todos los recursos, guías, actividades y evaluaciones que son diseñados ex profeso para esta modalidad y puestos a disposición de los estudiantes para que sean capaces de llevar a cabo el itinerario de aprendizaje de manera autónoma (o colaborativa) y logren los resultados de aprendizaje esperados. En los entornos formales de educación, el aprendizaje no es posible sin las adecuadas estrategias de enseñanza. No puede haber aprendizajes de calidad si no van precedidos por diseños y estrategias didácticas adecuadas y protagonizadas por profesionales bien capacitados. Se educa cuando se planifica y enseña intencionalmente para el logro por parte del educado de aprendizajes valiosos (García Aretio, 2020).

 

No basta con hacer llegar un libro a un estudiante, o un conjunto de ejercicios de matemáticas para resolver a solas, es indispensable que la instrucción esté dirigida, que sirva de guía (a falta de la presencia del maestro o maestra) con indicaciones e instrucciones claras, con ejemplos, con la resolución de ejercicios, con procesos de autoevaluación… En las condiciones de encierro impuestas por la sana distancia, esas guías y esos recursos servirían también para apoyar a los padres de familia que están haciendo la labor de maestras y maestros de sus hijos.



Referencia bibliográfica:

¿De qué hablamos cuando hablamos de Educación a distancia híbrida? (s/f). Ibero.mx. Recuperado el 23 de abril de 2023, de https://ibero.mx/prensa/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-educacion-distancia-hibrida


Comentarios

  1. Lic. Carlos Armando Antonio Dorantes

    Es interesante como el uso de la terminología es importante para poder distinguir correctamente entre conceptos, De igual forma se entiende que uso de la educación a distancia tiene el mismo objetivo que una educación presencial, el cual es poder, como su nombre los dice, educar y brindar las herramientas necesarias al alumno para poder llegar a los objetivos esperados como docente.

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  2. Beneficios de estudiar a distancia:

    • Flexibilidad: los estudiantes acceden a los contenidos y las clases desde cualquier dispositivo, en cualquier lugar.
    • Aprendizaje colaborativo: los estudiantes aprenden tanto de sus profesores como de sus compañeros.
    • Autonomía y responsabilidad: el alumno que cursa a distancia desarrolla la autonomía y responsabilidad ya que elige cómo estudiar adaptando sus tiempos según sus responsabilidades profesionales y requerimientos familiares.
    • Enseñanza enfocada en los alumnos: los estudiantes son protagonistas de su educación en el marco de un aprendizaje activo y participativo.

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